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Un fragmento de cometa iluminó la noche de España y Portugal

El sábado, los noctámbulos se aventuraban en la templada noche primaveral de España y Portugal con la esperanza de tener una noche memorable. Ninguno esperaba que un visitante del espacio exterior iluminara el cielo.

A las 11:46 p. m. en Portugal, una bola de fuego surcó el cielo y dejó a su paso un rastro humeante de grafiti incandescente. Las imágenes compartidas en las redes sociales muestran a espectadores boquiabiertos por cómo la noche oscura se convertía fugazmente en día, resplandeciendo con tonos de blanco níveo, verde de otro mundo y azul ártico.

Con cierta frecuencia, los asteroides rocosos se autodestruyen en la atmósfera terrestre y generan estelas a gran altura. Pero durante el fin de semana, el bólido se precipitó hacia la Tierra a una velocidad sorprendente: unos 160.000 kilómetros por hora, más del doble de la esperada para un asteroide típico. Según los expertos, su trayectoria era peculiar y no correspondía con la usual de las rocas espaciales cercanas.

Eso se debe a que el objeto no era un asteroide. Se trataba de un fragmento de cometa —un objeto helado que podría haberse formado en los albores del sistema solar— que perdió su batalla con la atmósfera de nuestro planeta a unos 60 kilómetros por encima del océano Atlántico. Según la Agencia Espacial Europea, es improbable que algo del objeto haya aterrizado.

“Es un espectáculo inesperado de fuegos artificiales interplanetarios”, dijo Meg Schwamb, astrónoma planetaria de la Universidad de la Reina de Belfast.

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