La tala en Canadá está acabando con bosques clave para combatir el cambio climático
Desde hace mucho tiempo, Canadá se ha promovido en todo el mundo como un modelo en la protección de uno de los recursos naturales más esenciales del país: la extensión más grande de bosques boreales en el mundo, la cual es indispensable para combatir el cambio climático.
Sin embargo, un nuevo estudio que utiliza datos de casi medio siglo de las provincias de Ontario y Quebec —dos de las principales regiones comerciales madereras del país— revela que la explotación forestal ha ocasionado al bosque boreal un gran daño que será difícil revertir.
Los investigadores encabezados por un grupo de la Universidad Griffith en Australia descubrieron que desde 1976 la explotación forestal en ambas provincias ha ocasionado la eliminación de 14,32 millones de hectáreas de bosque boreal, un área con un tamaño similar al estado de Nueva York.
De acuerdo con este estudio, aunque en esa región sigue habiendo casi 22,66 millones de hectáreas de árboles consolidados de al menos un siglo de antigüedad, la explotación forestal ha hecho añicos el bosque y dejado como resultado un mosaico de grupos de árboles aislados, lo que que genera un entorno menos apto para sustentar la vida silvestre. Además, según los científicos, esto ha hecho que el suelo sea más susceptible a los incendios forestales.
Pese a que Canadá afirma que exige a sus empresas madereras altos estándares de calidad, los científicos que participaron en el estudio revisado por pares, publicado en la revista académica Land, dijeron que sus hallazgos demuestran que el país tolera prácticas insostenibles que han degradado el bosque de manera muy profunda.
Científicos que no participaron en el estudio señalaron que este nos ofrece un entendimiento sin precedentes de lo que la explotación forestal comercial de muchas décadas le ha hecho al bosque boreal, el cual hace referencia a las zonas boscosas del norte formadas principalmente por árboles perennifolios.
“Esta es la primera vez que tenemos una visión tan clara de dos de las provincias más grandes de Canadá”, señaló Christian Messier, profesor de ecología forestal en la Universidad de Quebec, campus Montreal, quien no participó en el estudio. “Creo que el planteamiento, la metodología, fue el aspecto más innovador de este artículo”.
Según las normas forestales de Canadá, las empresas madereras pueden despejar extensiones muy grandes de todos los árboles y la vegetación y se les exige volver a plantar la tierra o demostrar que el bosque se regenerará de manera natural.
Pero, según los científicos, sin la gruesa corteza de los árboles más viejos, los más jóvenes son más vulnerables a los incendios forestales y las empresas madereras casi siempre plantan especies que son más adecuadas para la industria maderera y no las que resisten los incendios.
“El gobierno canadiense alega que ha gestionado el bosque de acuerdo con los principios de la gestión forestal sustentable”, señaló Brendan Mackey, autor principal del estudio y profesor y director de un grupo de investigación sobre el cambio climático en la Universidad Griffith, en Brisbane, Australia. “Pero su concepto de sustentabilidad en realidad está relacionado con mantener y aumentar al máximo la producción de madera y garantizar la regeneración de árboles convenientes para el mercado, lo cual tiene muchas repercusiones para la biodiversidad”.
Las autoridades canadienses no abordaron de manera directa las interrogantes que plantean los hallazgos del estudio y solo proporcionaron un comunicado por escrito en el que hacen referencia a las iniciativas del país para conservar el bosque boreal.
Esa política se concentra en la “conservación, recreación, hábitat, calidad del agua, desarrollo económico y relación que tienen los pueblos indígenas con la tierra y los bosques”, según el comunicado de Carolyn Svonkin, portavoz del Ministerio de Energía y Recursos Naturales de Canadá.
Peter Wood, catedrático de gestión de recursos forestales en la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver, quien no participó en el estudio, calificó los hallazgos como “impactantes” y añadió que estos destacan “lo que está en juego cuando dirigimos la explotación forestal hacia algunos de los árboles más viejos y las zonas más intactas”.
El enorme bosque boreal, tan fundamental en términos ecológicos, abarca desde América del Norte hasta el norte de Europa y Siberia, pero la sección más grande está en Canadá.
Además de ser un hábitat natural importante para muchos animales y plantas, el bosque boreal almacena enormes cantidades del dióxido de carbono que calienta el planeta. Se calcula que todos los bosques boreales del mundo almacenan en total 703 gigatoneladas de carbono en los árboles y el suelo. En comparación, las selvas o bosques tropicales del mundo almacenan cerca de 375 gigatoneladas de carbono.
El primer ministro Justin Trudeau, quien asumió el cargo hace ocho años con la promesa de abordar enérgicamente el cambio climático, ha promovido durante mucho tiempo que el bosque boreal de Canadá es esencial para el bienestar del mundo.
“Canadá alberga uno de los bosques continuos más grandes del mundo y tenemos la responsabilidad de protegerlo”, dijo Trudeau en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021. “Hemos visto el impacto del aumento de las temperaturas globales —ha estado aumentando dos veces más rápido en Canadá que en otras partes del mundo— en esos bosques. Tenemos la responsabilidad de ser sus custodios”.
Para llevar a cabo el estudio sobre el bosque boreal en Quebec y Ontario, los investigadores recurrieron a los inventarios públicos de los árboles talados en estas provincias y los relacionaron con mapas e imágenes de satélite para crear un cuadro detallado del impacto acumulado de la explotación forestal.
“Este estudio demuestra con gran claridad que en los lugares donde ha habido explotación forestal hay algunas características fundamentales del bosque que no han retornado”, afirmó Jennifer Skene, una analista de políticas climáticas en el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales, el cual ayudó a financiar la investigación del informe.
Volver a plantar terrenos después de cortar los árboles más viejos da como resultado bosques más jóvenes que se encuentran en mayor peligro ecológico, afirmó Mackey. Estos almacenan menos carbono, casi siempre son más vulnerables a las enfermedades y las plagas de insectos y son hábitats deficientes para muchos animales y plantas que dependen de los hogares de los bosques viejos para desarrollarse o, en algunos casos, para sobrevivir.
Como parte de este estudio, Mackey y otros investigadores observaron los efectos de la explotación forestal en grupos numerosos de caribúes, animales que requieren grandes extensiones de bosques viejos y que se ven afectados por los trastornos que generan los seres humanos. Un ejemplo que dan los investigadores es que las carreteras hechas para la explotación forestal les facilitan la caza a sus depredadores.
De las 21 manadas que había en la región de bosques boreales de las dos provincias que estudiaron los investigadores, 19 tenían un riesgo alto o muy alto de ya no poder mantener su población.
Mientras que en otras partes del mundo la deforestación, o la tala de árboles para usos como la agricultura y la ganadería, se ha convertido en una gran amenaza, en Canadá el reto es otro.
“En ese sentido, no ha habido deforestación”, señaló Mackey. “Pero, en términos de la ecología, ha habido un alto nivel de degradación forestal”.
“Se sigue manteniendo una cubierta forestal y es posible que aún se mantenga el bosque en el sentido de uso de la tierra a lo largo del tiempo”, añadió. “Pero se han degradado algunos aspectos de su calidad ecológica”
Además, la mayor parte de los ecologistas ven la degradación como una consecuencia del tipo de deforestación a gran escala que es el método de tala prácticamente general en Canadá.
“La degradación forestal es el indicador más importante para Canadá, ya que en realidad es lo que mejor refleja lo que de verdad está ocurriendo”, aseveró Wood. “Canadá le ha restado importancia al impacto de la industria maderera”.
Ian Austen informa sobre Canadá para el Times, y está radicado en Ottawa. Cubre la política, la cultura y la gente de Canadá y ha informado sobre el país durante dos décadas. Puede ser contactado en [email protected]. Más de Ian Austen
Vjosa Isai es reportera e investigadora de el Times radicada en Toronto, donde cubre noticias de todo Canadá. Más de Vjosa Isai