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Equipaje esencial para Argentina en la Copa del Mundo: 500 kilos de yerba mate

DOHA, Catar — Para ser justos, la yerba mate no es para todo el mundo.

La yerba mate, una infusión fuerte y a menudo amarga que se prepara caliente o fría a partir de las hojas de una planta originaria de Sudamérica, es popular en Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina. Algunos de los mejores jugadores de fútbol del mundo proceden de esa región y la consumen, y la han extendido por todo el mundo a través de sus equipos. La Copa del Mundo de Catar, sin embargo, planteó algunos problemas logísticos y de suministro, entre ellos: ¿Dónde la encontrarían los devotos del mate en el Golfo?

Así que vinieron preparados. La selección brasileña, que cuenta con unos cuantos bebedores de mate, llevó a Catar 12 kilos de yerba mate, según un responsable del equipo. La selección uruguaya, por su parte, llevó unos 255 kilos. Pero fue Argentina la que superó a todas. Para asegurarse de que los aproximadamente 75 integrantes de su grupo de viaje —jugadores, técnicos, entrenadores y demás— tuvieran un suministro constante de una bebida que consideran esencial, el equipo argentino transportó a Catar 500 kilos de yerba mate.

“Tiene cafeína”, dijo el centrocampista argentino Alexis Mac Allister mientras explicaba por qué consumía tanta cantidad de esta bebida que algunos han comparado con un tipo de té verde más fuerte. “Pero lo bebo más que nada para unirnos”.

Un portavoz de la selección argentina, Nicolás Novello, dijo que el equipo trajo diferentes tipos para adaptarse al gusto de cada uno: yerba mate con tallos (un sabor más suave), sin tallos (un sabor más fuerte y amargo) y con hierbas (para otros sabores). Los observadores afirman que casi todos, incluida la estrella del equipo, Lionel Messi, beben mate; la devoción del equipo por la bebida era evidente cada vez que bajaba del autobús del equipo y, después de los partidos, un puñado de jugadores llevaban consigo los tradicionales elementos esenciales del mate: una taza hecha con una calabaza hueca, su sorbete correspondiente y un termo de agua caliente.

Tomar mate es tan habitual en las selecciones argentinas y uruguayas, en particular, que esta última hizo del termo, conocido como Botija en español, su mascota oficial. Una gran mascota azul llegó incluso a Catar, donde tuvo problemas para pasar por los torniquetes del metro de Doha.

Botija, la mascota de Uruguay, tuvo problemas para pasar por un torniquete en el metro en Doha.Credit…Erin Schaff/The New York Times

“Cuando jugué en Argentina, nos decia un nutricionista que el mate te hidrata”, cuenta Sebastián Driussi, centrocampista del Austin F.C. de la Major League Soccer. Driussi representó internacionalmente a su país en las categorías inferiores y pasó tres años en el popular club argentino River Plate. “No sé, pero es como agua para nosotros. Antes del partido, en el vestidor, todos lo están tomando todo el tiempo. No hay horario o mal tiempo para tomar mate. Nosotros, en Argentina, decimos que el mate hace amistades”.

Juan José Szychowski, presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate de Argentina, afirma que perfeccionar la infusión es todo un arte, y que cada bebedor prefiere variaciones ligeramente distintas, de dulce a amargo, de caliente a frío.

“Si empezás a tomar mate, no podés parar”, dijo Szychowski en una entrevista telefónica. “Es más que una costumbre. Cuando viene alguien, le decimos: ‘Deberías tomar mate’. Es compartir y algo social y bueno para la salud”.

Szychowski explicó que el mate, consumido originalmente por los indígenas de la región antes de ser difundido por los misioneros jesuitas, contiene polifenoles, un compuesto con propiedades antioxidantes. Algunos estudios, añadió, sugieren que esta bebida puede tener efectos positivos para la salud.

La influencia, y el ejemplo, de jugadores sudamericanos que toman mate, como Messi, el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar —que fueron compañeros de equipo en el Barcelona—, han llevado a otros futbolistas a adoptar esta práctica.

Antoine Griezmann, un inamovible en la selección francesa que jugará las semifinales el miércoles, adoptó el hábito tras hacerse amigo de los uruguayos Cristian Rodríguez y José María Giménez cuando eran compañeros en el Atlético de Madrid. Griezmann ha declarado que ahora lo bebe a diario. Otra estrella francesa, Paul Pogba, dijo en 2018 que se enganchó al mate después de que uno de sus compañeros del Manchester United en ese momento —Marcos Rojo, argentino— le diera un poco de su propia infusión.

“Todo perfecto”, dijo Pogba a un canal de televisión argentino. “Me gustó”.

Szychowski calificó a los futbolistas como los mejores embajadores de la yerba mate en todo el mundo, antes de señalar que el papa Francisco, argentino, también es conocido por disfrutar de la bebida.

Sin embargo, no todos los jugadores son aficionados a un sabor que algunos califican de demasiado amargo, herbáceo o terroso. (Los expertos aconsejan a los principiantes que empiecen con un mate dulce). Walker Zimmerman, defensa de la selección de Estados Unidos, eliminada del Mundial en octavos de final, dijo que dos de sus compañeros argentinos en el F.C. Dallas hace años —Maximiliano Urruti y Mauro Díaz— le presentaron el mate, pero admitió: “No creo que me aficionara por mí mismo”.

El argentino Lisandro López, quien era defensa, dijo que no todo el mundo estaba acostumbrado a que bebiera mate con el sorbete a toda hora cuando jugaba en Portugal. “Muchas veces —y yo viví en Lisboa por cuatro años— me iba a una plaza a tomar mate y la gente te miraba raro, como si te estás drogando o algo”, dijo López.

Luis Hernández, exdelantero mexicano, dijo que su paladar no pudo acostumbrarse al sabor cuando pasó una temporada en Boca Juniors, en Argentina. Mientras todos en el equipo tomaban mate, él era el único que se resistía.

“Yo prefiero un buen café que una taza de mate”, dijo Hernández, y añadió más tarde entre risas: “¿Dicen que les ayuda? Pero el mate no te ayuda a meter goles”.

James Wagner ha cubierto el béisbol —los Mets durante dos años y medio, los Yankees durante dos años y ahora en un papel nacional— para el Times desde 2016. Antes de eso, trabajó en The Washington Post durante seis años, incluidos cuatro en los que cubrió a los Nacionales. @ByJamesWagner • Facebook


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